Quien visite Apóstoles por estos días se asombrará al encontrar en la plaza San Martín unos huevos de pascua gigantes. Se trata de pesankes, doce en total, que forman parte de la tradición ucraniana y polaca, tradición que sobrevivió por la llegada de los inmigrantes a estas tierras y hoy es transmitida de generación en generación.
Este es el tercer año consecutivo que la Capital Nacional de la Yerba Mate organiza este evento para realzar el espíritu de la Semana Santa con el apoyo y la colaboración de toda la comunidad. Es año, sin embargo, tuvo una particularidad: fueron convocados varios artistas plásticos de la provincia para que dejen su impronta en ellos. Así, participaron Bernardo Neumann, Fredy Rau, Ernesto Engel, Patricia Kindzierski, Adri ‘Xica’ Da Silva, Andrés Paredes y María Inés Rosñiski.
También estuvieron en la elaboración de estos huevos las colectividades polaca y ucraniana, los colegios Cristo Rey y Pequeño Mundo, así como los artesanos del grupo Manos Sabias.

Obsequio de corazón
A simple vista pueden parecer unos simples huevos pintados a mano. No obstante, esta tradición milenaria que traspasó el océano con los inmigrantes está cargada de un significado espiritual, además de que su realización requiere de mucha dedicación y concentración.
Ucraniano o polaco, el pesanke varía según el diseño. Los primeros son más floridos, mientras que los segundos, quizás, optan por más cruces. Pesanke significa escritura, por la que cada huevo por su diseño lleva un mensaje, es regalo, un deseo de buenos augurios para el otro.
“Antes de pintar cada huevo se hace una oración. Cada huevo es un regalo y un buen deseo para la otra persona, entonces está ligado con un sentimiento profundo de espiritualidad”, comentó Leonardo Fernández (16), ataviado con su traje típico polaco. El adolescente además explicó el significado de algunos dibujos. Por ejemplo, el gallo representa la fertilidad, la cruz es la cristiandad, la flor es el amor y los puntos blancos son las lágrimas de la Virgen María.
Especialista en este arte también lo es Celia (10), que integra el Ballet Vesna de Familia, de la colectividad ucraniana junto a su mamá Mariana (35) y su hermanita Valentina (6). “Tenés que tener mucho pulso. Me gusta mucho hacerlos y quiero aprender más”, dijo, y explicó sobre su pesanke gigante: “Todas las flores representan el amor, la fe; la estrella es la prosperidad”.

A gran escala
Pintar los huevos de gallina pasa por un proceso que necesita tanto de paciencia como de rapidez que se adquieren con la práctica. Entonces, para lograr estos huevos gigantes, los artistas pasaron por un taller para poder aprender un poco de la técnica y lo que se quería lograr con esta exposición en la plaza. 
Andrés Paredes, hijo de la ciudad apostoleña, es uno de los eximios artistas que tiene la provincia. Vino exclusivamente desde Buenos Aires, donde reside, para la inauguración. “Lo hice en papel calado. Representé ramas de marcela, que considero que es el símbolo que une la Semana Santa. Los guaraníes la consumían y hoy se sigue usando como planta medicinal”.
En el pesanke de Paredes no faltaron las chicharras y las libélulas “que pasan también por procesos de transformación y representan empezar una nueva etapa”, argumentó.
El pesanke gigante de Adri ‘Xica’ Da Silva sigue la línea de El jardín de los huevos, una colección de ejemplares pequeños que había hecho el año pasado. Es así que este modelo es florido y de colores pasteles “para resaltar el romanticismo”, destacó.
En el centro el huevo de Fredy Rau, en tanto, se puede ver un gallo. “Traté de representar dos ideas. Por un lado, el gallo que representa la fertilidad, la vida, la protección de la cultura que se transmite al futuro. Por el otro, las ondas que transmiten esta información a través del tiempo”, destacó el apostoleño, que vivió por 37 años en Capital Federal y utilizó la técnica de la espátula para pintar su pesanke.
Prosperidad, amor, fertilidad, luz son algunos de los deseos que se transmiten al regalar los pesankes durante la Semana Santa.  Estos huevos gigantes y los distintos talleres que llevan adelante las colectividades buscan que este legado siga vigente en sus jóvenes a través del tiempo.

FUENTE
Por María Elena Hipólito